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Tengo muy buen instinto –o buena suerte– en encontrar SoloDevs (desarrolladores solitarios indie) con trabajos de gran calidad que me cuesta creerlo. Soy fan de los Arcades por crianza, desde los '70 cuando las salas tragamonedas eran las dominantes antes que las consolas tomaran la industria como un tornado. En la tradición de Asteroids, Defender, Pac-Man, Space Invaders, nis habituales en el ATARI, he visto como este arte de destrezas y coordinación visual-motora se fue disminuyendo con el avance y sofisticación de los videojuegos generación tras generación.

No en balde siempre hay un desarrollador empeñado –por fortuna nuestra– en mantener este género vivo y activo a lo largo de estas décadas. Con títulos que han aparecido en el TurboGraphx, Neo-Geo, Genesis y hasta en el PC, los Arcade shooters-bullet hell twin-stick action Arcades siempre están en el menú. En tiempos recientes, la compañía Housemarque fue ese referencial donde siempre iba por mi dósis nostálgica y de adrenalina con sus excelentes Arcades en donde resaltan mis favoritos Super Stardust y Resogun, ejemplares permanentes en mi consola para cualquier momento. Tanto me gustó Super Stardust que lo compré en el Vita para llevarlo conmigo cuando no estaba en casa donde estaba mi copia del PS3, sino que lo volví a comprar cuando lo remasterizaron al PS4 años después. ¿Adictivo? Sólo cito esto que dejé en mi reseña del remaster como justificación –válida– para comprarlo una tercera vez: "recomiendo volver a comprar Super Stardust Ultra sin titubear… ¿Por 12$? las putas y el perico cuestan cada uno más, y ni combinados estimulan el cerebro tanto como Super Stardust Ultra." Para reflexionar.

Es en este mismo subgénero de los Arcades basados en el diseño heredado del viejo Asteroids, pero en esteroides, que me topo con Sektori. Un twin-stick shooter bullet hell Arcade en el mejor estilo de Geometry Wars y mi amado Super Stardust. Pero, ya va, cuando contacto al desarrollador de Finlandia, Kimmo Lahtinen, me encuentro con que su curriculum vitae señala que, antes de emprender como desarrollador independiente, no sólo trabajó durante 13 años en la propia Housemarque ¡sino que fue co-responsable en los créditos del desarrollo del mismísimo Super Stardust! Casi colapso en mi propio júbilo o el exceso de Jack Daniels, o una combinación de ambas, no sé. Lo que sí sé es que si el pana Kimmo no me daba una copia de prensa para reseñarlo, lo iba a mandar a buscar con el Mossad, Hezbollá o hasta el Diablo en persona porque "lo necesitaba, pero ya". A veces requiero ver todo un trailer para saber si me interesa un juego, con Sektori sólo bastó con mirar un screenshot, ¿ver el trailer? no pude, temí por un aneurisma, el nivel de Jack Daniels en la sangre ya era alarmante y mi Apple Watch ya estaba llamando al 9-1-1.

Sektori es todo lo que imaginé que sería un update de Super Stardust al presente usando todo el poder del hardware actual y más. Con ese motif visual que rememora a otro no menos emocionante TTS Arcade, Geometry Wars, y una música cyber-techno ácida (de Tommi Lahtinen) que pondría a una disco de Ibiza en epilepsia colectiva, y tienes lo que para mi es un rotundo éxito. Es lo mejor que me ha pasado en el gaming este año. ¿Razones para volver a encender mi PS4 y jugar Super Stardust? Ninguna. Sektori se queda perpetuo instalado en mi PS5 con más prioridad que el propio sistema operativo de la consola. Su frenético gameplay pondrá tu adrenalina a tres tablas considerando que es un bullet-hell implacable con base de diseño roguelite. La herencia de Super Stardust está en todo su ADN con meticulosa sensación. Con gráficos de base vectorial al mejor estilo de Geometry Wars (dos ejemplares recientes en ese estilo están: Geometry Survivor y Have a Blast), no miento ni exagero que la sobre dósis de colores y efectos animados a alta velocidad pondrán a prueba tu capacidad de resistencia ante tanta saturación audiovisual. Hasta veteranos del programa MK Ultra con altas dósis de LSD la tendrán difícil.

Entra por primera vez, y todo lo que está disponible en Sektori es su modo de campaña principal. Aquí sobrevivirás el mayor tiempo posible, a través de varios mundos. Y, por supuesto, hay un jefe que derrotar al final de cada uno de ellos. Todo aquí igual a Super Stardust. Similar a Geometry Wars, controlas una "nave" con forma de flecha (rosa por defecto, pero se puede cambiar) en una arena que cambia de forma constantemente, merodeada por polígonos enemigos que se comportan de diferentes maneras. Hay cubos huecos que ruedan al azar, módulos azules que siempre persiguen tu posición y desagradables hojillas amarillas que sólo se acercan cuando no las estás mirando. Puedes dispararles con un bláster, o atacarlas con tu nave con una mecánica de embestida, enviando una pequeña onda de choque que destruirá otras unidades cercanas. Sektori combina esto con un nivel de desafío despiadado que exige tu atención completa y absoluta. Tu escudo inicial solo puede soportar tres golpes antes de que estés expuesto a la muerte instantánea, lo cual no es mucho cuando el número de enemigos en la pantalla aumenta a un ritmo exponencial.

El otro elemento principal del juego son los pequeños fragmentos que dejan atrás a los enemigos derrotados. Recoge suficientes de estos y se genera un punto de habilidad que puedes usar para activar una de una gama de mejoras. Puedes adquirir mejoras y upgrades que combinas aleatoriamente a medida que logras superar escaños. Lo curiosos es que son muy explícitos en propósito y función, que no siempre sabes qué recibes, eliges o para qué sirven. El caos en pantalla llega a niveles enloquecedores, en elspecial con los Jefes cuando la infernal cantidad de balas (bullet-hell), enemigos y partículas, conspiran contra la capacidad perceptual de tu vista y tu cerebro.

Nada de esto tendría valor si los controles no estuvieran calibrados al excelso en milimétrica meticulosidad. Si pierdes, es tu culpa, no de alguna falla dentro del juego, que no la tiene. Como era de esperar, el juego es muy difícil. Sin embargo, rara vez se siente injusto, incluso cuando toda la pantalla está llena de un cacofónica geometría de diferentes enemigos y el piso siempre amenaza con desaparecer. Sí algo debería ser atenuado, son los Jefes, su dificultad es afincada. El alto nivel de dificultad no necesariamente lo convierte en la mejor opción para aquellos nuevos en el género, pero por el precio y lo poco que ocupa de espacio en el disco duro, no veo excusas para no darle una oportunidad, es más, aseguro que no sólo te encantará, sini quedarás adicto.

Sektori es uno de los mejores twin-stick Arcade shooters que he jugado, con ideas propias, innovadoras y originales sobre una base de jugabilidad fundamental histórica que honra el legado de los grandes de ATARI; sumada a una banda sonora contundente con imágenes apropiadamente saturadas e intensas. Obra maestra. Indispensable.

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Bart

Copia de prensa por cortesía de gimblll (Kimmo Lahtinen), gracias.