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RESEÑAS

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CALIFICAMOS ASÍ

Nuestra escala para calificar las reseñas del 1 al 5. Con el Sir William McKay reservado sólo a la excelencia.

  • Sir William McKay: Aleph One.
  • Willy McKay: ¡Non-Plus-Ultra!
  • McKay: Muy bueno, peeero…
  • Pasta: Ta' Bien… Ta' Bien…
  • Mancao: Coleto impresentable.
  • Ñame: ¡Que nos devuelvan el tiempo y dinero que perdimos en revisar esta grandísima porquería! ¡Un CULAZO!
Spiff-O-Rama - Reseña: The Hobbit: The Desolation of Smaug

Erebor Folk

Cine Cartelera

Volviendo al cine y quizás la última reseña por este año del subgénero que nos interesa de este arte, Mike y sho asistimos a la premiere mundial de The Hobbit: The Desolation of Smaug, acompañados por el ex-Rural y co-fundador de este colosal desperdicio de ancho de banda, Spiff, que resultó una tertulia como los viejos tiempos. En especial que esta continuación de la nueva trilogía "tolkieneana" de Peter Jackson resultó mucho mejor que su primer episodio que hace un año nos aburrió intentando repetir la exitosa fórmula de la clásica trilogía de The Lord of the Rings.

Donde "The Hobbit: An Unexpected Journey" fracasó, por su ritmo irregular, diálogos extensos y personajes innecesariamente insertados, The Hobbit: The Desolation of Smaug brilla con luz propia al revivir la emoción de sumergirnos en el reino de la Tierra Media, si bien casi todo el film es un híbrido que se adhiere ligeramente a la breve novela cuento corto de J. R. R. Tolkien, el contenido adicional adaptado le da peso para justificar su extensión a tres capítulos. Esto demuestra el valor del material original de Tolkien, que fue suficiente para nutrir tres films épicos, mientras que la pluma de Jackson, Walsh y Boyens no está a la altura del dramaturgo británico ahora que les toca rellenar espacios para extender un corto cuento infantil a una saga. Es fácil querer emular al genio imaginario de Tolkien, pero difícil igualarlo, si no pregúntenle a C. S. Lewis y George R. R. Martin.

Continuando el esquema anterior, The Hobbit: The Desolation of Smaug relata la travesía de la cofradía enanos, en compañía del mago Gandalf (Ian McKellen) y del Hobbit Bilbo, en la cruzada por recuperar el reino de los enanos de las garras del dragón Smaug (Benedict Cumberbatch). De nuevo, el film es enmarcado con personajes clásicos de la trilogía del anillo, si bien, estos son adaptados en función de extender la trama y apetecer a nostálgicos. No obstante se condimenta apropiadamente desarrollando antecedentes que fueron sugeridos en la trilogía del anillo, como por ejemplo la rivalidad enemiga entre los elfos de los bosques y los enanos mineros de la montaña. Esto sirve de excusa para "introducir" al elfo rubio, el arquero Legolas (Orlando Bloom), con tal grado de protagonismo que le roba crédito a los personajes legítimos de la novela.

Sin embargo Bilbo (Martin Freeman) y su camaradería de enanos, tiene sus momentos que recuperan su rol principal lejos de aquellas escenas triviales de banquetes, canciones y chistes. Hay mucha acción en esta secuela que nivela el ritmo sin tanto diálogo y drama forzado. En esto reitero que son estos personajes –Bilbo y los enanos– quienes deben ser desarrollados para tener una conexión con la audiencia, quienes deben sufrir su aventura de la misma forma que conectaron con la comunidad del anillo y la enorme responsabilidad de Frodo. Me explico, ¿para qué enfocar la atención en Gandalf y Legolas, personajes que tienen continuidad asegurada en la serie, si por más peligros que enfrenten no pueden construir tensión genuina? ¿Aparecen en "The Lord of the Rings" o no?

De cualquier forma The Hobbit: The Desolation of Smaug une bien las piezas para armar una secuencia de buen ritmo que tiene momentos tensos y genuinos entre la trama central y subtramas paralelas. Me refiero en particular con que intentan conectarla con la trilogía posterior –en la línea de tiempo cronológica– al elaborar sobre los antecedentes del conflicto que está por venir, la amenaza maligna que despierta clandestinamente. Aunque en esta oportunidad no hubo participación de ciertos personajes que tuvieron presencia en el capítulo anterior (Gollum anyone?). Esta libertad de adaptaciones conviene para apoyar la simple odisea de los enanos –y al pequeño de La Comarca– que de otra forma no tendría material suficiente para un film, menos tres capítulos épicos.

La producción mantiene el mismo nivel de siempre, pero recalco que se sigue dando énfasis en filmar en espacios cerrados con efectos especiales cuando antes invertían en sendas localidades naturales con sets construidos a escala real. Sólo que en The Hobbit: The Desolation of Smaug existe menor uso de imágenes digitales por ocasionales escenarios abiertos, al menos más que en la cinta anterior, pero jamás como en la trilogía clásica. Cabe destacar que los efectos nunca decepcionan, en especial sabiendo que la presencia de criaturas mitológicas y monstruosidades abominables tienen mucha participación, entre ellos el dragón que lleva el titulo de la película. Personajes nuevos siguen apareciendo, algunos adaptados de manera forzada entre clásicos e inventados y otros, afortunadamente, parte del cuento original con la importancia merecida.

Las actuaciones están a la altura, con Orlando Bloom, Ian McKellen y Martin Freeman cargando con el peso mayor del protagonismo, a la vez que Richard Armitage sostiene el liderazgo del rol del cabecilla de los enanos como la figura heróica de turno. Actores nuevos de la talla de Evangeline Lilly y Stephen Fry dan el soporte necesario con exposición proporcional a la importancia de sus roles. No hay desperdicios en ninguno, con balance de violencia, drama y humor que mantiene el estilo del Director Jackson que imprime en cada escena como acostumbra hacer.

La música de Howard Shore sigue siendo el termómetro de intensidades y solemnidades de todas las escenas, incluyendo los leitmotifs temáticos que acompañan ciertos personajes y situaciones. Con melodías conocidas y algunas nuevas que se mezclan bien con la banda sonora incidental. De verdad resultó mucho mejor que la anterior aunque tampoco alcanza la marca de agua tan alta que dejó la trilogía del anillo con personalidad propia, eso se entiende, sin restarle méritos en abrirse hacia una conclusión satisfactoria que promete empalmarla con los volúmenes de The Lord of the Rings.

Estrena en Navidad, recomendable.

Film: McKay (★★★★☆)

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Bart

P.D. Un saludo a nuestro amigo José Pisano a quien agradecemos como siempre la gentil invitación.

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