Rural Tex es un estúpido portal web de noticias y reseñas sobre videojuegos y cine popular. Combatiendo el mal gusto desde 2005 (nos está costando mucho) Influenciados por nuestra cultura geek de Comic Books & Gaming, hacemos Periodismo Gonzo de tercera en este 'Colosal Desperdicio de Ancho de Banda'

RESEÑAS

Todas las reseñas de videojuegos y cine se encuentran en nuestra base de datos alfabetizada. Rural Tex™ no apoya la piratería, todo medio que se revisa es estrictamente legal y original.

Importante: Información Legal.

CALIFICAMOS ASÍ

Nuestra escala para calificar las reseñas del 1 al 5. Con el Sir William McKay reservado sólo a la excelencia.

  • Sir William McKay: Aleph One.
  • Willy McKay: ¡Non-Plus-Ultra!
  • McKay: Muy bueno, peeero…
  • Pasta: Ta' Bien… Ta' Bien…
  • Mancao: Coleto impresentable.
  • Ñame: ¡Que nos devuelvan el tiempo y dinero que perdimos en revisar esta grandísima porquería! ¡Un CULAZO!
Spiff-O-Rama - Reseña: Angels & Demons

Illuminati vs. Católicos

Cine Cartelera

Para aquellos que nos han seguido a lo largo de casi 5 años en este colosal desperdicio de ancho de banda™, sabrán que en su oportunidad, habíamos considerado a The Da Vinci Code, basada en la novela de Dan Brown, como un film "inerte, estéril, entretenido a duras penas". Y no es para menos: la dirección de Ron "American Graffiti-Happy Days" Howard dejaba mucho que desear, el guión era demasiado complejo para ser llevado a la precisión, y en particular las actuaciones, que todas (salvo Sir Ian McKellen) eran poco menos que ausentes. Esto, para no mencionar la "resistencia de piedra" que le dió al personaje de Robert Langdon el actor Tom Hanks.

Y todavía con semejante aluvión en contra, el film recaudó más de 100 millones de dólares a nivel mundial. Esta realidad del filthy lucre, motivó a que tanto Brian Grazer como John Calley, Ron Howard, Akiva Goldsman y Tom Hanks junto con el propio Dan Brown, se decidieran a adaptar el otro libro de las aventuras del estudioso en Simbología de la Universidad de Harvard, Angels & Demons. Al parecer las malas crítcas hicieron mella en ellos, porque el avance fue satisfactorio.

Si bien está basado en el libro del mismo título firmado por Brown, éste, a diferencia del Priorato de Sión, el Santo Grial, María Magdalena y Leonardo Da Vinci, no es una copia al carbón del mismo; es más, se permite con el permiso del autor quitar subtramas o personajes que enrevesarían más al film, junto con una introducción científica que ocupa 30 capítulos en el libro -sí, 30, pero tampoco son de 100 páginas cada uno- que de haberse llevado de manera textual, hubiese convertido al film en una tediosa clase de Física.

Pero aun con estas libertades, la esencia del texto se mantiene: de nuevo Robert Langdon protagoniza una búsqueda simbólica en la Ciudad del Vaticano, en pleno Cónclave Cardenalicio para elegir un nuevo Papa. Sumado a la aparente reaparición después de cientos de años de los Illuminati, grupo de científicos, astrónomos, matemáticos y artistas persguidos por la Iglesia Católica y enemigos declarados de ésta, quienes aprovechan la ocasión especial para secuestrar a cuatro candidatos principales a ser el sucesor de Pedro. Siendo amenazados de muerte por estos antes de la medianoche de ese día junto con la destrucción total de toda la ciudad. Esto se entrelaza con la desaparición de celdas de antimateria del acelerador del CERN (LHC) y una carrera contrarreloj por las calles de Roma en búsqueda de símbolos místicos asociados con los Illuminati.

Con esto, y eliminando el componente educativo que se mencionó antes, se ha logrado que el guión de Angels & Demons, a diferencia de lo empastelado que resultó The Da Vinci Code, sea más dinámico, más agil sin perder suspenso, más ligero sin llegar a lo banal. Con un material así, Ron Howard ha podido deslastrarse de una dirección tan pésima como la que hizo en el Código para llevar con buen ritmo los 138 minutos que dura el film, 2 minutos menos que en el anterior (aunque la versión extendida lanzada recientemente en Blu-Ray de Da Vinci dura dos horas cincuenta minutos). Cierto es que no llega a las cotas de Apollo 13 o A Beautiful Mind, pero al menos es una mejor película que su contraparte.

La fotografía de esta nueva aventura de Langdon es de nuevo responsabilidad de Salvatore Totino, que hizo una labor espectacular en la anterior entrega, y que ahora consigue pasar de momentos luminosos del verano romano a noches nubladas, junto con el aspecto solemne y contrastante que existe en las iglesias romanas. La edición viene a ser muy convencional, no hay aportes sustanciales en cuanto a variaciones en el tempo del film puesto que el guión, la fotografía y la dirección hacen aquí todo el trabajo técnico. Otro mérito se encuentra en la dirección artística y en los efectos visuales al recrear los ambientes pontificios de la Santa Sede en estudios de cine, considerando que no se les permitió filmar en estas locaciones en el Vaticano. En esta oportunidad, la música de Hans Zimmer es más solemne para reflejar el ambiente religioso y de suspenso del film.

En lo actoral destacan Ewan McGregor (antes fue Sir Ian McKellen) como el camarlengo, asistente personal del Papa, quien simboliza la tradición con la innovación, el status quo con el progreso. Ayelet Zurer muy convincente como Vittoria Vetra, científica del CERN dispuesta a impedir una catástofe nunca antes vista en la Santa Sede, ni en el planeta. Stellan Skarsgård en su rol del Comandante Richter transmite rectitud, orden y disciplina ante el caos que se avecina. Pierfrancesco Favino como el Inspector Olivetti viene a ser un elemento terrenal en medio de simbolos, sucesos, fe y religión. Nikolaj Lie Kaas hace de su Hassasin una máquina dispuesta a matar con el fin de cumplir una venganza centenaria en nombre de la Iluminación. Y Armin Müeller-Stahl como el Cardenal Strauss viene a ser el orden establecido que se sacude ante el peligro inminente.

Pero tal vez el mayor logro aquí está en que por fin Tom Hanks se siente como Robert Langdon, a diferencia de la película previa en que su actuación fue plana, sin vida, bidimensional. Aquí Tom por fin crea una relación entre personaje y actor, aportando credibilidad y convencimiento de su papel, y dando a su personaje el toque necesario para que espectador sienta que está en medio de acontecimientos y descubrimientos significativos, tal como el personaje lo siente en las páginas del libro, y por fin, en esta adaptación cineatográfica.

Angels & Demons termina por ser dos cosas. Un acto de rectificación ante los fallos y desatinos que se vieron en The Da Vinci Code, y un mejoramiento en cuanto a discurso filmico contra narrativa literaria, una discusión espúrea puesto que cada uno tiene sus méritos propios. No llega a obra capital, pero es muy satisfactoria. Recomendable para la cartelera rural del fin de semana.

Film: Pasta (★★★☆☆)

___________
Spaceman Spiff Langdon

Template Design by Rural Tex