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RESEÑAS

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CALIFICAMOS ASÍ

Nuestra escala para calificar las reseñas del 1 al 5. Con el Sir William McKay reservado sólo a la excelencia.

  • Sir William McKay: Aleph One.
  • Willy McKay: ¡Non-Plus-Ultra!
  • McKay: Muy bueno, peeero…
  • Pasta: Ta' Bien… Ta' Bien…
  • Mancao: Coleto impresentable.
  • Ñame: ¡Que nos devuelvan el tiempo y dinero que perdimos en revisar esta grandísima porquería! ¡Un CULAZO!
Spiff-O-Rama - Reseña: Invictus

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Cine Cartelera

Son muchos los films que intentan dar un mensaje político o moral, aún cuando el contexto histórico lo permite. Como los films que atacan el tema de las invasiones de Estados Unidos a Irak que van desde lo directo a lo sutil, como recientemente el caso de Avatar. El asunto está en que es difícil llevar ese mensaje sin tocar nervios que moleste sentimientos afectos a un bando o del otro, no sin que se le acuse -al realizador- de inclinarse hacia alguna de las partes haciendo proselitismo. Por lo tanto el tema político es delicado para tocar en el cine ya que el mensaje muchas veces es mal interpretado... o mal planteado si se quiere llegar a un análisis más profundo.

El film Invictus del excelentísimo Director Clint Eastwood (Dir: Gran Torino, Mystic River, Million Dollar Baby), si bien no conmociona hasta la médula como otras películas en su haber, es un buen ejemplo de cómo manejar el tema político con inteligencia. Llegando a lavarse las manos al demostrar ningún intento por dirigir a la audiencia hacia un modo de pensamiento, o peor, una conclusión, como hacen muchas películas que giran en función a transmitir un mensaje claro y definido. Es decir, Eastwood sabe como dirigir a sus actores, narrar una historia y hasta conmocionar a la audiencia sin melodramatismos.

Invictus tiene un tinte político claro que no se apoya en un guión complejo ni en un drama profundo que conmocione al espectador. Es una historia simple, de esperanza aleccionadora, que se puede mal interpretar por quienes erróneamente yuxtaponen contextos históricos ajenos con la actualidad que viven por su aparente similitud. Como saben, está de moda hacer comparaciones de nuestra crisis política con eventos históricos del pasado intentando predecir los acontecimientos futuros basados en la similitud de las causas coyunturales. Es un error, puesto que ningún contexto histórico se puede comparar con otro así estén en la misma época o zona geográfica.

El film de Eastwood contempla los inicios de la Sudáfrica Democrática, a raíz del momento en que Nelson Mandela obtiene la presidencia en medio de una sociedad radicalmente dividida por el racismo ideológico. Pero no es un film de pugnas políticas y luchas de clases entre los apartheid y los africanos oprimidos. Tampoco es un film biográfico sobre la vida política del luchador social humanitario africano como se puede inferir al conocer que el personaje del film es todavía una figura histórica viviente. La aproximación de Eastwood para escenificar a Mandela (Morgan Freeman) se basa en un aspecto poco conocido de su famosa política reconciliadora por unir a una nación quebrada y sumida en el caos social: El Deporte. Sí, Invictus relata la inspiradora historia verídica de cómo Nelson Mandela utilizó el sentimiento nacional por revivir un decadente equipo de Rugby como táctica política para ayudar* a unificar a la nación Sudafricana.

Siendo el deporte un sentimiento de unidad indiferente de clase social, raza y credo político, éste le sirvió como canal para unificar al pueblo y desterrar el cáncer del racismo que sembraron décadas del régimen Apartheid. Aliado con la figura emblemática del equipo deportivo (Matt Damon), Mandela forja un sentimiento de reconciliación y perdón que sería vista como ejemplo de conducta nacional. Juntos llevan al decaído equipo a vencer todos los pronósticos negativos y conquistar el trofeo mundial de Rugby de 1995. Invictus parece un film típico de Disney, pero no se detengan en las apariencias, considerando que los hechos son verídicos y que Eastwood maneja muy bien los elementos que lo conforman. Con especial mención a los protagonistas que si bien no son las mejores interpretaciones de sus carreras, llevan la tutela de Eastwood para funcionar en lo básico. Con ausencia absoluta de tensiones y emociones que sobresalgan de su pausado ritmo, el film tiene antecedentes suficientes para dar sentimiento de conexión con los personajes, tanto del históricamente famoso Mandela, como del desconocido campeón local de Rugby. Siendo el partido de Rugby del campeonato el momento único de todo el film que genera un mínimo de tensión como el clímax concluyente de la historia.

Es difícil no hacer un paralelismo aleccionador con nuestro propio contexto social; sí, me refiero a este accidentado proceso revolucionario de pacotilla. Si un líder verdadero quiere dar el ejemplo y ganarse un pueblo, no debe recurrir ni a los favores económicos, ni a la represión totalitaria. La eficiencia está en el deseo humilde de servir, no de buscar glorias demagógicas egoístas por complacer un idealismo vencido o delirios de grandeza. Con hechos y ejemplos se callan opositores. Venimos de un país que fue ultrajado por años de gobiernos avaros e indiferentes, para terminar en otro sumergido en el conflicto perenne debido a que quienes nos gobiernan ahora son resentidos e ineptos.

Invictus no es el mejor logro de Eastwood, ni siquiera el mejor film emocionante de un logro deportivo histórico (para eso vean The Greatest Game Ever Played), es un brillante mensaje objetivo de cómo debería ser la humanidad y sus líderes: Unidos.

Buena opción como la cartelera rural de esta semana.

Film: Pasta (★★★☆☆)

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Bart

[*] Ese episodio deportivo no fue la causa coyuntural determinante de la unificación de Sudáfrica, pero contribuyó bastante. Mandela tuvo mayor peso como líder humanitario y luchador social por la paz en ese proceso conciliador.

P.D. Muchos me han creído chavista por tener ideales de izquierda con admiración por verdaderos líderes mal interpretados (Ché); otros me han confundido por escuálido al antagonizar abiertamente contra los neo-oligarcas comunistoides de quinta que nos conducen al colapso total. ¿Mi posición? Activo, no soy indiferente ¿Mi afiliación con algún bando? ninguno, los odio a los dos por igual.

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