It all comes down to this… the end
Han sido diez años y casi dos docenas de películas para intentar adaptar a la pantalla grande, lo mejor posible, lo que se imprimió por más de seis décadas en el universo comic de MARVEL. Un trabajo de paciencia y esmero en lo que hasta ahora ha sido el Marvel Cinematic Universe donde nos hemos familiarizado –de más– con un ensamble de personajes cuyos representantes fueron seleccionados con cuidado para mantener la fidelidad. Lo lograron, mejor de lo que esperábamos, en especial nosotros los de la cultura comic que los conocemos desde el papel… mucho antes que estuvieran de moda.
Diez años que nos llevaron a esto, al desenlace, el final. Con el preludio dejado hace un año para demostrar que todos esos arcos narrativos de sus personajes respectivos, en su espacio particular, sirvieron de antecedentes para conectarlo todo en un mundo creíble y coherente a pesar de estar en una realidad donde la fantasía es ciencia y la magia una posibilidad cotidiana. Thor, Iron Man, Captain America, Hulk, Ant-Man, Black Panther, Guardians of the Galaxy, Dr. Strange, Spider-Man, en fin, nos fueron llevando de la mano para verlos nacer, sufrir y vencer sus retos, para hilvanar una red que los uniría en un evento colectivo que parecía imposible de orquestar.
¿Qué les puedo decir de Avengers: Endgame que no atenúe, intensifique o dañe sus expectativas hasta este punto? En especial si vienen no sólo de esperar un año tras ver Avengers: Infinity War, sino una década acompañando a estos personajes en sus aventuras y tribulaciones, solos y acompañados. ¡Pues nada! Cualquier cosa que diga es un riesgo de spoiler que no quiero correr, en especial yo que ni veo trailers.
Esta será la peor reseña que haré porque simplemente no les puedo decir nada, cualquier instrumento que emplee para darles una sinopsis –innecesaria– sería un crimen porque merecen entrar a la sala y quedar estupefactos, ver sus emociones hechas mierda y salir sintiéndose como si estuvieron horas en una montaña rusa. Tres horas –que parecen dos– donde tu capacidad de tolerar suspenso intenso, con fuerte apego emocional, será puesta a prueba… en serio, y van a salir raspados.
Eso es Avengers: Endgame, y si creían que podían hacer un cuadro posible de los acontecimientos por venir para predecir el desenlace, tan sólo en base a lo que les dejó Infinity War, pues rodaron con las dos rodillas colina abajo. No la pueden predecir. Es que no tendrán tiempo ni de pestañar.
No importa el nivel de expectativa o apego que tengan en relación al MCU, porque si algo estoy seguro, les apuesto a que 1) Serán ampliamente superadas; 2) No quedarán decepcionados; 3) No están preparados para lo que van a ver y, por último, y no menos importante: 4) Van a llorar como unos maricos (excepto yo que soy Tipo Serio de pecho pelúo que parecía estar llorando como el resto de la sala, sólo que en mi caso era polvo en los ojos porque el aire acondicionado estaba sucio, true story).
Pero debo sacar mi casta de crítico de cine y al menos evaluar en el plano técnico y estructural lo que los hermanos Russo lograron con Avengers: Endgame. Bueno, lo imposible, manejar un caudal de figuras principales con este nivel de saturación, casi convulsionada, que parecía la receta de un desastre.
Si me pareció que hacer esto con Civil War fue difícil y más con Infinity War, pues aquí puse en duda la capacidad de sostener un ritmo narrativo estable con esta conjunción sobrecargada de individualidades protagónicas. Todo con el fin de dar una conclusión o cierre que satisfaga todos estos años de seguimiento. El ritmo es bastante lento en la primera hora, para luego coger una intensidad vertiginosa en la segunda, que no creí que pudiera extremarse más en la tercera y me equivoqué.
Se me olvidó respirar, necesité alcohol y, casi por un momento, un desfibrilador. Pero los Russo siempre encuentran momentos para darle un balance humorístico, característica fórmula del MCU, que agradezco los intervalos generosos de comedia para evitarme una pálida, y creo que hablo por el resto. La lógica empleada en el guión para lograr lo que hicieron es una proeza que costará otros diez años en superar.
El nivel de sentido inteligente del argumento –a pesar de su fantasiosa propuesta– se compagina con el paralelismo de múltiples líneas de tiempo en un ritmo narrativo que lo único que se le critica es que a veces puede ser un poco conveniente, que sin embargo no le afecta dado el compromiso inherente con los personajes y sus deudas.
Avengers: Endgame es una obra maestra que se toma las libertades de salirse de lo ortodoxo del comic original, para cumplir con lo alcanzado por las figuras que culturalmente se apoderaron de esos personajes en este universo especial, y necesitaba un cierre al arco construido. Mencionar los actores sería un spoiler imperdonable, así que me disculpan (les dije que no les iba a decir nada y que esta reseña sería mi peor). Si ese es el final, pues bien valió la pena tantos films y años invertidos en ellos.
Entretenida es poco ante lo épica que es, emocionalmente impactante es pornerla a medias y, satisfactoria, una garantía absoluta.
(★★★★★★★)
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Bartolomeo
NOTA: Agradecemos la invitación a la función privada de pre-estreno a la prensa por Cine Color Films.
P.D. Gracias Stan Lee, Jack Kirby y Steve Ditko.
