Rural Tex es un estúpido portal web de noticias y reseñas sobre videojuegos y cine popular. Combatiendo el mal gusto desde 2005 (nos está costando mucho) Influenciados por nuestra cultura geek de Comic Books & Gaming, hacemos Periodismo Gonzo de tercera en este 'Colosal Desperdicio de Ancho de Banda'

Para 2016 los "loot-shooters" se habían convertido en la promesa perfecta para la industria de los videojuegos, donde los publicistas buscan un sistema que extienda la vida de un título post-lanzamiento con el fin de incrementar las rentas mediante una entrada recurrente. El problema ha sido la forma de implementar este modelo de negocios, ya que su aplicación errónea rompe el balance económico entre el juego y su audiencia que casi lleva al fracaso a muchas franquicias.

Emular el formato de Free-to-Play dentro del esquema tradicional de los AAA fue la combinación mortal que, entre microtransacciones y loot boxes, quebraron la confianza de los usuarios que también buscan el mejor valor por su dinero sin sacrificar nivel y calidad. Destiny fue una de esas franquicias de loot-shooters que cometió ese error, aparte de sufrir un accidentado e improvisado desarrollo que en conjunto dañaron su imagen al punto que les costó años recuperar además de la confianza de su público.

Ubisoft también tuvo un tropiezo similar con The Division, que si bien aqui en Rural Tex le dimos una crítica favorable y cobertura mediática constante desde el Beta, el juego estuvo en el ojo del huracán por mucho tiempo en los medios por consecuencia de sus políticas erradas. Nuestra fe puesta en The Division rindió frutos positivos a largo plazo, ya que Ubisoft cambió sus políticas a la vez que Massive Entertainment –su desarrollador– se esmeró de manera sobrehumana en redefinir el juego y llevarlo a un punto en que al fin encontró su sendero, su identidad propia, a la vez que poco a poco iba recuperando a su audiencia. Al término de su ciclo de vida, The Divison terminó madurado, renovado, rediseñado, desechando los fallos de su debut y fortaleciendo el 'engagement' con su audiencia a través de contenido gratuito constante y un servicio de calidad.

Sólo porque una franquicia obtiene éxito al aplicar un modelo innovador, no quiere decir que vaya a funcionarle a otra con el mismo grado de éxito crítico y comercial, menos aún si todos quieren copiar ese modelo como el "último grito" como ha sucedido reiteradamente en la industria durante las dos últimas generaciones, ¿recuerdan cuando todos los juegos tenían que salir con modo multijugador? ¿o todos los shooters online seguían la tendencia de guerras modernas impuesto por Modern Warfare? ¿o más reciente el fenómeno viral de aplicarle Battle Royale a todo. En fin, la idea es que cada juego tenga su personalidad y calidad de contenido, siempre ajustado a la plataforma y su modelo de negocios.

El pasado E3, Ubisoft presentó a Tom Clancy's The Division 2 como el segundo intento para reintroducir una franquicia que tardó mucho en encontrar su identidad con una ruta bien definida. Atrás quedó aquella prepotencia de emular y hasta retar a Destiny como el rival a destronar. Ahora con mas humildad y con iguales ambiciones que las iniciales, The División 2 plantea llenar esa promesa con el potencial demostrado en la maduración de su controversial antecesor al cierre de su tercer año. ¿Cómo debuta The División 2? ¿Qué ofrece? ¿Aprendió realmente de sus errores? ¿Podremos confiar en un verdadero servicio de shooter online con contenido constante de calidad y de valor balanceado?

Pues sí, luego que Senior Editor Nhozemphtek le diera una probada al Beta cerrado de The Division 2, sus impresiones fueron bastante positivas a pesar de los problemas típicos que presenta un Beta. Pues al fin llega el producto completo y ambos estuvimos muy ocupados revisándolo a profundidad –en consola y en PC– y debo admitir que es una gran sorpresa encontrar hoy día a un juego de esta envergadura con tal nivel de cuidado y pulido en su debut. No está perfecto, porque ningún juego lo es, donde aún restan muchos parches de mantenimiento para limar las asperezas –más que todo de forma cosmética– pero el juego fue lanzado completo, terminado, nada apresurado como sucedió con el primero; opuesto a como lanzan la mayoría de los juegos en la actualidad (Anthem, anyone?).

The Division 2 debuta con una clara demostración que aprendió la lección de su primera experiencia. Con un diseño amplio, denso, rico en contenido y con un plan definido de servicios post-lanzamiento que al anterior le tomó casi tres años alcanzar. Esto dice que Ubisoft escuchó a su audiencia y responde a las críticas con una entrega sólida que apunta a seguir creciendo durante los próximos dos años. The Division 2 resuelve los problemas cruciales que fracturaron al primero que lo dejaron en una coyuntura muy incómoda donde no hubo más que control de daños durante su primer año sin poder avanzar.

El primer The División tuvo una enorme carencia de contenido, principalmente en el endgame, quedando a merced de un vacío de actividades PvE. La otra falla estuvo en que el juego también carecía de PvP, dejando al Dark Zone como un sustituto indisciplinado que fue centro de duras críticas. Peor aún, cuando añadieron PvP al juego, lo hicieron detrás de un paywall DLC. Grave. Tom Clancy's The Division 2 estrena con un enorme caudal de contenido, lleno de actividades PvE que nutre las opciones de juego solo y en co-op. Hay docenas de misiones alternas, quests de NPCs para lograr objetivos, actividades públicas, eventos aleatorios, etc, todo sobre las doce misiones principales que encierran la trama. El PvP está incluído para todos con diversidad de modos online en el renovado Dark Zone, que en esta entrega viene en tres áreas pequeñas en lugar de una única descomunal.

En cuanto a la trama, esta es una de las áreas donde The Division 2 se queda detrás de su versión anterior. Una lástima siendo que los juegos de Tom Clancy son un reflejo de sus soberbias novelas de gran corte intelectual enfocados a conflictos bélicos, escaladas políticas internacionales, conspiraciones y espionaje (tengo varias). La trama continúa sobre los sucesos de Nueva York con el ataque biológico, conocido como el "Dollar Flu", en la que una poderosa arma bioquímica fue desatada en la población acabando con la estabilidad de los EE.UU. enfrentando un caos social, vació de poder y la anarquía total. Hay continuidad de estos hechos ahora que se traslada a la capital Washington D.C. donde el escenario se repite. Se da muy poco énfasis en el protagonismo de los responsables dejando muchos cabos sueltos desde el juego anterior.

Sí, aún hay audio logs, echos, evidencias en documentos, grabaciones de cámaras de seguridad, mensajes en smartphones y algunos cortes de escena narrativos, pero quedan muy superficiales ante lo que fue el juego anterior, tan característico de Tom Clancy, que hace suponer que el concepto salió de su pluma antes de fallecer en 2013. Sin embargo hay mucho por encontrar, ya que al momento de escribir la reseña apenas alcanzo el endgame; me dilaté por mi obsesión de peinar todo el distrito político gubernamental de Washington que es donde se desarrolla el mapa de actividades. Hablando del mapa, esta es otra comparativa donde The Division 2 se queda detrás del anterior, aquel mapa de Manhattan es mucho mas extenso y denso que el de Washington, pero apostamos a que éste será expandido dentro del DLC planificado para su primer año.

A pesar de lo blanda que es la narrativa, las misiones principales –y secundarias– son intensas, emocionantes y bien diseñadas con niveles superlativos en estructura. El combate es compacto, hermético y muy satisfactorio, no que había alguna queja antes sobre éste, pero en The Division 2 es más directo, con mejor respuesta gracias en parte a las armas que se sienten distintas aún dentro de la misma categoría. La variedad de enemigos es notoria, pero más aún lo es su mejorado A.I. Ahora son mucho más tácticos, dinámicos, se ocultan, se comunican, te flanquean, te arrojan granadas y, lo mejor, que no son esponjas de balas expuestas, que fue una de las quejas universales del juego anterior. Caen más rápido, pero compensa que son más pro-activos, con iniciativa y en mayor número.

La progresión se siente más fluida y con mejor relación de juego vs. recompensa a medida que vas completando misiones, sin la obligación de seguir una ruta o patrón que beneficie una narrativa contra la libertad de exploración y aproximación de actividades. Puedes jugar solo si lo deseas, pero también está el matchmaking o invitar a tus amigos a una escuadra para abordar misiones en co-op con el obligatorio incremento de dificultad. Esto se hace mas evidente al terminar la campaña, que te tomará unas 20 horas si cumples todas las misiones principales y secundarias dejando a un lado el enorme contenido alterno, ya que el endgame te reserva la sorpresa de una sub-campaña con nuevas facciones de enemigos y un dramático salto en dificultad repitiendo los World Tier del viejo juego.

A medida que progresas vas desbloqueando quests, NPCs (dado que cumplas sus misiones de reclutamiento) y vayas mejorando los espacios de las guaridas y centros de operaciones, que en este juego la principal se sitúa en la Casa Blanca con otras de igual importancia en los distritos adyacentes de la ciudad. Estos distritos son los único que condiciona tu progreso ya que están segmentados por escaladas de dificultad en incrementos de número de nivel. Encontrar mejor gear y armas son la base fundamental para abordar estos distritos que esconden misiones cada vez más retadoras como satisfactorias. El sistema de progresión incluye los mismos Mods, Perks y habilidades especiales de antes, que son fáciles de ir desbloqueando, pero los Mods de las armas y gear los simplificaron demasiado con respecto al juego anterior.

No obstante esta sobre simplificación de los Mods –donde conseguir un supresor para un tipo de arma lo desbloquea automáticamente a todas las armas– se compensa con el taller de calibrado en donde se pueden modificar los parámetros de las armas hasta alcanzar una versión que se adecue a tu perfil. Aquí se abre a una complejidad profunda, pero insisto que los Mods no debieron simplificarse de esa forma tan genérica. Vuelven los loadouts para hacer múltiples perfiles y llamarlos con un simple paseo por el menú, esto es algo que siempre le he pedido a Destiny y no veo el día que Bungie lo adopte. Los loadouts son una bendición para cambiar de perfil que mejor se ajuste a la actividad a realizar.

En relación a actividades, falta que activen las incursiones que en The Division 2 van a consistir de 8 jugadores. El contenido del DLC, a diferencia del primer juego, va a ser gratuito durante el primer año. Espero que logren monetizar el juego por otros medios, como microtrans cosméticos, y así dejan a los DLC siempre gratuitos, de esa manera no segregan a la audiencia que potencialmente podría disminuir por jugadores frustrados. Me decepciona un poco lo diluido que vinieron los Dark Zones, que ahora traen actividades con PvP y modos de juego online, pero no deja de parecerme algo escueto en relación con lo que ofrece el PvE en el endgame. Se puede seguir extrayendo loot contaminado y persiste el sistema de Rogue Agent, pero el DZ bien se puede beneficiar de misiones propias con narrativa de ser necesario. Sería bueno considerarlo para más adelante.

Tom Clancy's The Division 2 es un inicio excelente, aprendió sobre sus fallas logrando engranar los fundamentos de RPG, con un muy satisfactorio gunplay de loot-shared-world-shooter y toneladas de contenido endgame PvE con PvP anclado en su núcleo desde el comienzo. Es una grata sorpresa y no sólo se asegura un puesto en nuestra lista de lo mejor del año, sino que se convierte en uno de mis juegos personales de rigor; su DLC gratuito es un bono aliciente que proyecta una ruta muy prometedora hacia el futuro de la franquicia. Sí, ya Destiny tiene un competidor serio y que no le teme a los Battle Royale –ni necesita copiarlos– para abrirse en un mercado compitiendo por clientela fija.

Altamente recomendable con sello de selección del Editor en Jefe.

______________
Barton

Copia de prensa proporcionada por Ubisoft y Another Company.