El Milagro del Audio (Dolby Pro-Logic II) pt. 2

Este es otro de esos posts para Audio-Geeks, así que los demás absténganse. En la primera parte les hablé con un poquito de historia, del Dolby Pro-Logic II y sus milagrosos beneficios que ofrece. Explicamos someramente su naturaleza técnica, lo que lo hace funcionar y lo simple que resulta para los extraordinarios resultados que da. Pues, ¿por qué no hablamos en esta parte de los resultados? de la práctica y apreciación subjetiva de sus bondades.
Para el experimento utilicé 4 casos repartidos 4 retos para que el decoder de Dolby Pro-Logic II expiara sus pecados y asomara sus virtudes. Unas asistidas y fáciles, otras de mayor demanda y hasta con comparaciones injustas, todo para ver hasta qué punto puede meter la coba. Recordemos que es un decodificador de extracción por interpretaciones a la señal estéreo, con matrix encoding o sin ella, las explicaciones a estos términos están en el post anterior. No existe una discreta señal multicanal como en los codecs especiales encontrados en los DVDs (Dolby Digital & DTS), y en algunos casos no existe codificación "matrix" para que se interprete como señales alternas como sucedía con el viejo y obsoleto Dolby Pro-Logic, o el aún más viejo Dolby Surround (Dolby Stereo).
Estos fueron, un CD, un DVD-Audio y dos programas en DVD SIN pistas DD o DTS digitales discretas: una en simple y llano stereo, el otro codificado con Dolby Stereo (el viejo método de "meter" surround en codificación analógica para hacer 4 canales no discretos).
Primero con el CD, utilicé dos versiones totalmente distintas -en mezcla- del álbum Nothing Like The Sun de Sting, un excelente disco aplaudido por su brillante grabación y pluraridad multi-instrumental que agrupa texturas sonoras diversas (jazz, rock, fusion y blues). El CD lo suministró su eminencia etílica el Dr. Basura PhD (quien también asistió a la prueba, alcohol incluido). La versión del CD del álbum es el remaster de los '90 que no por fortuna está muy bien masterizado y no presenta la terrible tendencia actual de saturación de los niveles. No es necesario hacer una prueba A/B por la naturaleza de la comparación objetiva, además que los efectos de la prueba son lo suficientemente obvios, así sea en lo más mínimo, para arrojar sólidas conclusiones objetivas. Más aún con dos pares de oídos dando su apreciación (la otra es que no tengo dos CD players idénticos para hacer la prueba justa, por lo tanto mi deck referencial DENON fue suficiente).
Como punto de comparación usamos el mismo álbum en formato CD pero la mezcla hecha para DTS Surround en 5.1 canales discretos y con la supervisión de Sting. Cabe destacar una variante en juego, el CD está masterizado a 44.1kHz/16bits como todo Red Book Standard Compact Disc, que, como sabemos, es audio sampleado a esa frecuencia/bit sin usar compresión psicoacústica perceptual alguna (es decir, MP3, AAC, bla bla bla). Por su lado, la versión del álbum en DTS CD no es un CD estándar, usa DTS coding para meter 6 canales discretos en un CD "normal" usando compresión perceptual de pérdida a 48kHz/20bit (mejor resolución que el CD). A pesar que cualquier CD player lo puede "leer", no todos lo pueden decodificar al menos que la data sea enviada por un cable digital (óptico o coaxial) a un decodificador DTS (presente en casi cualquier procesador surround de hoy). Si el CD player no tiene salida digital óptica, no sonará un coño, cualquier DVD player servirá ya que la salida óptica es mandatoria (SPDIF/Toslink).
Los resultados fueron sorprendentes como impredecibles. Aunque subjetivo en su naturaleza, no esperábamos que el CD pasado por el procesador Dolby Pro-Logic II se equipara a la mezcla discreta del DTS CD. Aunque no para decir que la mezcla DTS es inferior, sobre todo sabiendo que tiene canales discretos y focos precisos en cada parlante, el CD procesado por el DPL-II presentó mejor atmósfera, cuerpo y densidad ambiental. Había peso y dimensión, a pesar que no existen paneos, focos específicos ni sonidos anclados en un parlante como ocurre con la mezcla discreta del DTS CD. No sé si la compresión por DTS puso en desventaja al DTS CD, pero su resolución superior bien pudo compensar, además de que la tridimensionalidad del DTS CD era obvia por encima del CD por más artificial de su carácter sonoro. Es curioso, pero repetimos las pruebas para estar seguro (les recordamos que balanceamos los niveles de presión de salida para no aventajar a ninguno por sonar mas duro que el otro. La interpretación espacial frontal del CD bajo DPL-II resultó más dinámica y pesada, no era el circundante 360º perfecto como lo hace el DTS CD, pero aun así hubo bastante reverberación y harmónicos en las surround para darte la sensación convincente de ubicación y espacio. Por supuesto que el DTS CD supera esta experiencia por poner sonidos anclados en las posteriores como instrumentos y vocales (con reverberaciones obvias del caso), pero a muchos estos trucos les resultan artificiales ya que nadie está en el medio de un performance en vivo sino frente a éste. Este carácter conservador estuvo presente en el CD obteniendo mi preferencia (por razones obvias, no hay material discreto de surround en un CD normal).


No conforme con una sola prueba, el Kaiser recibió en estos días el "Black Album" de Metallica en DVD-Audio high resolution surround. Excelente para medirlo contra el CD normal pasado por el procesador DPL-II (por favor, usamos la edición Elektra Records original, el importado, no el nacional que suena a huevos rotos). Aquí de nuevo los resultados favorecieron ampliamente al CD usando DPL-II sobre el DVD-A y el Kaiser no lo creía. Ustedes dirán, siendo el DVD-Audio un formato de high resolution surround discreto sin comprimir -a diferencia de un DTS CD por ejemplo- y demostrando ser superior a un CD corriente, ¿por qué no superó en este caso al CD normal de la misma grabación? Particularidades excepcionales encontramos en esta prueba que volvió a poner en ventaja al CD sobre su contraparte en un formato discreto de surround: Es sabido que el disco negro de Metallica se grabó en 1990 por Bob Rock usando un procedimiento totalmente digital para entonces. Como se usó una consola de 96 canales de mezcla y todo se hizo en digital, el disco negro de Metallica estuvo condenado a la limitada resolución de los equipos digitales para la época, es decir, los DAT tapes usados limitaban en 48kHz/16bit, muy similar a los limites del CD. Esto hizo que su re-mezcla a DVD-A aprovechara las bondades de múltiples canales, pero no de su amplio ancho de banda que alcanza hasta 192kHz/24bit. Lo que escuchamos en el experimento fueron grabaciones de resolución idéntica pero una en surround real (el DVD-A) y otra en surround falso (el CD por DPL-II). Otra desventaja fue que el DVD-A de Metallica estuvo ligeramente saturado en niveles causando una pequeña pero notable compresión en las notas y frecuencias altas que nos hizo preferir la superiormente masterizada mezcla original en estéreo del CD de 1991 (pasado por el DPL-II). Metiendo la subjetividad de nuestros gustos particulares, al Kaiser y a mi nos irritó la mezcla en 5.1 del DVD-Audio donde los solos de guitarra de Kirk Hammet se pasean por todas las cornetas como si diera la impresión que él estaba sostenido por un trapecio de circo durante la grabación. Por segunda vez volvió a ganar el CD procesado por DPL-II, se escuchaba más natural, espaciosa, conservadoramente frontal y sin compresión o distorsión.
Otra prueba fue comparar el CD de R.E.M. Out of Time con la re-edición en DVD-Audio del mismo título por el genial Elliot Scheiner hace un par de años. Aquí no hubo competencia, el DVD-Audio aplastó al CD pasado por DPL-II y demuestra que cuando se hace un DVD-A bien hecho, directo de las cintas maestras originales, bien mezclado y cuidadosamente masterizado no hay CD que valga por más procesadores "mágicos" como el Dolby Pro-Logic II que evaluamos en este caso. Sin desmeritar sus esfuerzos, el CD sonó bastante abierto, espacioso y envolvente pero sin focos o dinámicas más realistas que las que conocíamos por años al poner este disco hasta el cansancio. Pero en este caso, a diferencia de los otros dos, no había compresión perceptual como el DTS CD, tampoco saturación del loudness ni resolución limitada como el DVD-A de Metallica, mucho menos una mezcla atrevida poniendo a los instrumentos a danzar por todos los 5 parlantes. El DVD-A de Out of Time está en full high advanced resolution a 96kHz/24bit sin compresión de ningún tipo y masterizada a niveles dinámicos que parece que estuvieran ahí contigo. La tridimensionalidad es tanta que resulta casi palpable, y la resolución es abrumadora que evidencia que el DVD-A es tan bueno como dicen, sólo que no todos hacen buen uso de sus facultades.
Ya casi me sentía estafado al invertir en el DVD-A viendo como el DPL-II ofrece una experiencia similar y hasta superior por los dos primeros experimentos. Sin embargo, nos dice que el DPL-II es tan bueno que mejora toda tu colección existente de CDs al darles nueva vida como pseudo surround; muy convincente, sin darte mala vida por lo que te estás perdiendo potencialmente por no tener -o no existir- una edición en algún formato 5.1 discreto.
¿Qué quiere decir esto? Que el DPL-II es un buen aliado para usar cuando NO EXISTA una alternativa u opción en auténtico surround y se quiera mejorar la experiencia por encima del tradicional estéreo. En material fílmico los resultados son increíbles aunque JAMAS reemplazarían, siquiera compararían, con una verdadera mezcla surround discreta en 5.1/7.1 como los Dolbys y DTSs (tanto lossy como lossless comprimido o sin comprimir respectivamente). Prueba de ello fue cuando me puse a ver la primera temporada de 24 que sólo viene en estéreo y las temporadas de Millenium en DVD que sí tienen Dolby Stereo encoding en su pista estéreo normal. En ambos la experiencia fue casi como ver una película en verdadero Dolby Digital usando el procesador Dolby Pro-Logic II (algo imposible de soñar con el viejo y obsoleto Dolby Surround Pro-Logic). Y fueron convincentes sin importar si habían o no señales codificadas en Dolby Surround como sucedió en ambos ejemplos. En conclusión, el DPL-II es un aliado mágico e increíble para extraer surround donde no lo hay, simular 5.1 cuando nunca formó parte del programa. Aunque nunca reemplazará una verdadera experiencia discreta en 5.1 digital. Esto no termina ahí, vamos por la última, comparar los CDs y DVD-As de Porcupine Tree y el SACD de NIN The Downward Spiral contra el CD remaster en la misma edición para seguir con nuestros experimentos. Aunque no esperamos al DPL-II como para desafiar a las mezclas de Steven Wilson y Trent Reznor (como las bondades de los formatos de alta definición), esperamos encontrar satisfacciones ocultas en la experiencia que aguarda a todos si encienden su deco Dolby Pro-Logic II en sus amplificadores.
¿Qué esperan? ¡vayan a oír música!
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Batolomeo