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RESEÑAS

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CALIFICAMOS ASÍ

Nuestra escala para calificar las reseñas del 1 al 5. Con el Sir William McKay reservado sólo a la excelencia.

  • Sir William McKay: Aleph One.
  • Willy McKay: ¡Non-Plus-Ultra!
  • McKay: Muy bueno, peeero…
  • Pasta: Ta' Bien… Ta' Bien…
  • Mancao: Coleto impresentable.
  • Ñame: ¡Que nos devuelvan el tiempo y dinero que perdimos en revisar esta grandísima porquería! ¡Un CULAZO!
Spiff-O-Rama - Reseña: The Man of Steel

Look! up in the sky!

Cine Cartelera

Continuando con la tendencia actual del cine de comics, la industria no se detiene en su afán por hacer refritos, reinicios o secuelas de casi todas las franquicias de las prestigiosas casas de historietas. Un personaje que no ha tenido la contundencia de actualizarse como la mayoría de los héroes que adornan hoy la pantalla de plata, es precisamente quien inició todo este movimiento cultural, Superman. El súper héroe de Siegel y Shuster para Action Comics –hoy DC Comics– ha tenido todo tipo de dramatizaciones en pantalla entre aciertos y fracasos. De esos desaciertos se contabilizan un par durante las dos últimas décadas, un proyecto inconcluso* y otro materializado en un fracaso comercial (Superman Returns). No obstante, la búsqueda por darle un espacio en el presente al hombre de acero ha persistido sólo que aún bajo la sombra del clásico de Richard Donner, "Superman: The Movie" (1978), representado por el inmortal Christopher Reeve.**

El problema con Superman –y su conexión con la audiencia contemporánea– tiene que ver con la raíz de su origen conceptual como un modelo moralista cuyos principios conservadores tradicionales no calza con el gusto reciente por los anti-héroes falibles. Las audiencias modernas sienten seducción hacia el héroe que sufre y lucha con sus batallas internas que no siempre depende de un único punto débil o villano.

La invulnerabilidad de Superman, sumado a su fortaleza casi infinita, lo hace poco interesante para el público actual por lo predecible que es su invencibilidad "inmortal" –a falta de adversarios balanceados– y lo aburrido que es su conservadurismo moralista desfasado de época. Por eso es que personajes anti héroes como X-Men, Captain America, Iron Man, Spiderman y Batman arrastran masas, porque son imperfectos, humanos, diferentes, con conflictos personales y vulnerables en alto nivel de riesgo.

The Man of Steel intenta romper con este paradigma que tiene enclaustrado al líder de la Liga de la Justicia de DC Comics con una entrada fresca y renovada a su universo. No sin que, al igual que sus producciones anteriores, su desarrollo sufriera de accidentados tropiezos por conseguir un rumbo propio, desde conseguir guionista, hasta anclar un Director (que tuvo a Guillermo del Toro y Robert Zemeckis en sus etapas iniciales). Que en un comienzo iba a ser la continuidad al film de Bryan Singer, pero que debido a su fracaso comercial fue descartado para convertirla en un reboot. En un esfuerzo por igualar la fórmula que devolvió al Batman al sendero del éxito, este reinicio de Superman contó con muchos de los ingredientes que dieron crédito al cult-classic que hoy es la trilogía reciente del Caballero Oscuro. Warner Bros. reunió a Christopher Nolan como productor y como guionista a David S. Goyer bajo el mando del genial Director de otras adaptaciones de cómics, entre ajenas y originales, Zack Snyder (Dir: Watchmen, 300, Sucker Punch).

El problema es que repetir los mismos ingredientes de la ecuación de Batman no arrojó los mismos resultados en líneas generales para The Man of Steel. Si es cierto es una mejor adaptación del personaje para tiempos actuales, no consigue una base sólida para venideras continuaciones, siquiera para sostenerse argumentalmente a sí misma. The Man of Steel logra con éxito actualizar a Superman al presente, rompiendo con esos dos argumentos iniciales que lo hacían aburrido y poco atractivo: su vulnerabilidad predecible y su moralismo conservador. Sin entrar en detalles, The Man of Steel recurre a argumentos muy inteligentes –con base en Sci-Fi coherente– para darle al kryptoniano un carácter falible y vulnerable sin recurrir al cliché de la kryptonita verde o roja muy característico de su universo. Por otra parte, Kal-El posee conflictos emocionales que casi le dan sentido de pertenencia genuino, al menos como pseudomortal, para tomar decisiones de antihéroe que no es lo típico en él a lo largo de su extenso legado literario en los cómics. Lo malo es la pobre construcción del personaje y su dislocado desarrollo para tallar los orígenes de sus principios y sus reglas de vida.

Kal-El tiene fallas graves en la construcción y desarrollo como personaje –desde el comienzo– que promete bastante en el primer acto dado que las alentadoras escenas iniciales están fuertemente basadas en el comic Superman: Birthright (2003), considerado el mejor reinicio de Superman en toda su historia en DC Comics. Con una aparente apología a las escenas de Krypton de "Superman: The Movie", sólo que posee una mayor exposición de la raza y civilización kryptoniana con sus alcances y sus pugnas. Bien argumentadas en drama y acción que incluso rinde homenaje a la cultura cyber-punk (The Matrix) donde el elemento Sci-Fi cobra sentido lógico al demostrar que la tecnología kryptoniana se basa en un meta material maleable parecido al Grafeno. Sin embargo hay serios agujeros en el guión que surgen como circunstancias convenientes para hilvanar absurdos y serios anacronismos de continuidad.

Lamentablemente el guión de Goyer se despedaza durante el progreso de la cinta luego de un buen comienzo, donde intenta buscar un rumbo diversificado en muchos personajes secundarios que poco –o nada– aportan al motivo central. El cual es Kal-El, que como dije se construye de manera disyuntiva sin alcanzar empatía ni pertenencia emocional mediante el uso, muy malo, de flashbacks y regresiones. Que hacen un daño irreparable a la formación del personaje y se demuestra en la floja introducción/presentación del súper héroe al comienzo del segundo acto. Cosa que si comparamos con la entrada de Superman, bien avanzado el film de Donner, no hay comparación alguna (en la cinta de Donner sentimos al personaje desarrollarse progresivamente durante todo el primer acto, hasta alcanzar su consagración que nos deja emocionalmente conectados con su épica entrada durante la mejor escena de Superman de todos los tiempos: el rescate de Lois Lane en el helicóptero. Christopher Reeve forever bitches!).

The Man of Steel sufre además de serias fallas rítmicas en su Dirección que denota la debilidad de Snyder por demostrar cualidades dramáticas en la conducción de los actores, que por más nivel que posee el reparto (Russell Crowe, Lawrence Fishburne, Diane Lane, Kevin Costner y Amy Adams), no le dan sustancia nutritiva a la obra, de hecho algunos sobran. Es sólo cuando hay acción donde Snyder saca a relucir su casta y experiencia, aquí mis amigos no hay quejas. Es el despliegue de acción y la mejor demostración de Superman en live action cinema que jamás hayan visto. En especial por renovar el duelo clásico entre él y sus nemeses paisanos encarnados en la banda del General Zod (Michael Shannon). Este último personaje, por cierto que hablamos de sentido de pertenencia y conexión emocional, es el único que tiene propósito legítimo en el film sin que se perciba forzado. Zod, lejos de emular la versión Shakesperiana del genial Terence Stamp en Superman II, arroja carácter y propósito legítimo en la trama, siendo el único en tener una dirección coherente de todos los personajes mediante su motivación de lealtad a su especie. Cosa que representa ambigüedad moral ya que cuesta juzgarlo como villano en cuanto a que sus metas nobles no colinda con la del genocidio indiferente de la raza humana. Ambigüedad moral que sirve de argumento para que el mismo Superman tome sus propias decisiones basado en el sacrificio, si bien sea el de sus principios, que lo eleva a un sitial de antihéroe al día con los tiempos.

Sí, Zod, a pesar de lo poco, es la vida y alma de The Man of Steel como el antagonista de turno en lugar de recurrir al convencional Lex Luthor***. Zod posee mayor legitimidad en su cruzada noble de lealtad, amor y juramento hacia su cultura, que vence el chovinismo aparente de un ente que persigue la deidad banal en un planeta ajeno (como el Zod de Stamp que es extremadamente soberbio similar al Loki de Tom Hiddleston en el universo Marvel fílmico de hoy). Que resulta una lástima que lo intentan demonizar para darle al protagonista –Superman– la legitimidad y el propósito que tanto persigue y que le fue débilmente adjudicado en sus lecciones de vida que muestran de su pasado.

Igual mención especial al jamón de Antje Traue quien deja bien parada al personaje de Faora relevando a Ursa como la femme fatale de la banda de Zod (The Kryptonian Military Guild). Adicionalmente hay un esquema de patriotismo con el componente militar norteamericano que afortunadamente sirve de daño colateral más que elemento de peso.

Por supuesto, me falta hablar de quien encarna el traje de intensos colores azul, rojo y amarillo, un desconocido Henry Cavill quien hace de un buen Superman sin mayores decepciones. Con su identidad real por delante, Kal-El sacude el estereotipo de su entorpecido mild-mannered alter ego Clark Kent al punto que el asunto hermético de su identidad secreta cobra un segundo plano. Paradójicamente esta honestidad casi abierta va en contra de su tradición que queda opcional para incluso ciertos personajes íntimos. Cavill no lo hace mal, su figura es un bloque atlético que rivaliza con el Thor actual del film de Marvel, así como los dibujos musculosos del artista Jim Lee, contrario al modelo más realista de Alex Ross (al que Christopher Reeve se parece). Pero su carácter "humano" no deja nada especial que decir, como tampoco nada negativo que mencionar.

El traje puede que ofenda a muchos ortodoxos, como yo que prefiero el de Superman Returns (donde se fue casi todo el presupuesto de ese terrible film), inspirado en lo tradicional, pero actualizado con un modernismo palpable. El traje de The Man of Steel es extremadamente texturizado con colores enmudecidos hacia lo oscuro que no me inmutó en lo más mínimo, al menos tampoco me disgustó. ¿Y los calzones rojos? Colinda con la dirección de arte del film que es extraordinaria como lo son sus espectaculares efectos especiales de Weta Digital. El score soundtrack de Hans Zimmer es de cortarse las venas con kryptonita por lo enérgico-operístico, a base de cuerdas, contra el clásico envejecido de John Williams que se fundamenta en vientos de corte epopéyico.

The Man of Steel se puede ver, entretenida y adecuada para un público general, pero no para el comic book connoisseur como el staff de esta página. No es un clásico, es rara, disyuntiva, rítmica y argumentalmente inconsistente; una buena actualización de Superman con acción a la altura de su envestidura y reputación que desgraciadamente no lo reivindica como lo hizo Nolan con Batman. Aún seguimos a la espera de "ese" film de Superman que salga de la sombra del pasado bueno, el malo y el feo.

Film: Pasta (★★★☆☆)

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Bart-ON

[*] El proyecto que nunca se concretó no es otro que la infame versión de Superman de Tim Burton para mediados de los '90 –con Nicolas Cage portando la capa y Kevin Smith detrás del guión– donde hoy gracias al Internet se conocen los detalles que evitaron materializar su visión particular del clásico personaje de DC Comics. Me habría gustado verla de todos modos.

[**] No en vano, "Superman: The Movie" fue el film emblemático que abrió las puertas a la industria del comic a Hollywood, para luego ser la franquicia que las cerrara por el bodrio de "Superman IV". Puertas que no se volverían a abrir hasta el hit cultural y comercial "Batman" de Tim Burton en 1989, para ser, irónicamente, la misma franquicia que volvería a divorciar a Hollywood de los comics con su cuarta y horrible entrega "Batman & Robin". No sería sino a la vuelta del siglo que "X-Men" de Bryan Singer devolviera el respeto al género cómic en Hollywood con una consistente cadena de éxitos más que fracasos que se sostiene hasta el presente, tanto que Disney compró Marvel en una movida que se observa más como una inversión a posteriori que un arriesgado acto de Fe.

[***] Si ponen atención hay referencias a Luthor, como a otros elementos del universo DC (ejemplo, Ciudad Gótica), que están regados por doquier en la escenografía de la producción. Atentos comic fans.

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