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CALIFICAMOS ASÍ

Nuestra escala para calificar las reseñas del 1 al 5. Con el Sir William McKay reservado sólo a la excelencia.

  • Sir William McKay: Aleph One.
  • Willy McKay: ¡Non-Plus-Ultra!
  • McKay: Muy bueno, peeero…
  • Pasta: Ta' Bien… Ta' Bien…
  • Mancao: Coleto impresentable.
  • Ñame: ¡Que nos devuelvan el tiempo y dinero que perdimos en revisar esta grandísima porquería! ¡Un CULAZO!
Spiff-O-Rama - Reseña: Argo

Argo fuck yourself

Cine Cartelera

Los films que representan hechos de la vida real poseen muchos matices que gradualmente van desde lo casi documental, siendo fieles a los acontecimientos, hasta superficialmente inspirados donde poco o nada se toma para simple referencia.

El problema radica en que la mayoría de los espectadores confunde “basado en hechos reales” con documentales factibles hasta el punto de creer que todo lo que representan en una recreación o biopic es fiel reflejo de lo ocurrido. Este tipo de films hay que recibirlos con cautela siempre pensando en el factor de entretenimiento y drama como los objetivos perseguidos por los cineastas, o de lo contrario nadie iría a ver un recuento aburrido. Si quieren historia, léanla, si quieren entretenimiento vean la película.

Este es el caso que ronda el film Argo del Actor-ahora-Director, Ben Affleck, cuyo respeto por su trabajo dirigiendo crece cada día contrario a su reputación como actor. En esta oportunidad con la ayuda de otro fuerte en la producción, George Clooney. Argo es una recreación dramatizada de los eventos de la crisis de los rehenes de la embajada norteamericana en Iran durante la transición política y social de la Revolución Islámica que derrocó a la Dinastía Pahlavi a finales de 1979.

El film está superficialmente adaptado a esos acontecimientos con gran ingenio en disfrazar o, mejor dicho, intensificar los hechos más de lo que realmente fue. Sin restar méritos a la cinta, Argo es una gran película entretenida, bien actuada y dirigida que sobreestima un poco la veracidad de los hechos y la proporción de los méritos.

Cuando dije que Argo utiliza el ingenio para proyectar una imagen distorsionada de los hechos de la famosa operación “Canadian Caper”, que se hizo en conjunto entre la CIA, la embajada canadiense y diplomáticos ingleses en la extracción de seis diplomáticos estadounidenses, no fui precipitado en mi crítica. Conociendo los hechos por documentales de famosos escapes, donde topa mi lista el de D. B. Cooper (por favor que alguien haga una película de eso*), me resulta curioso como Affleck dirige a la audiencia y la confunde con un enroque de dramatizaciones y recreaciones. Me explico, él recurre a tremendos esfuerzos para recrear miméticamente cada detalle de las imágenes que dieron la vuelta al mundo a través de los medios públicos durante el desarrollo de los acontecimientos. Partiendo desde las imágenes de televisión de lo que ocurría en Teherán, el parecido de los protagonistas y fotografías de la época, la fidelidad lograda es de asombro al punto que en los créditos se evidencia con la comparación entre lo real contra lo representado.

Bien por él, pero lo ocurrido debajo de la cortina mediática tiene distorsiones dramáticas y ficción adherida que inclina el resultado de los sucesos hacia una visión occidentalizada que beneficia a… pues la CIA y el gobierno norteamericano, ¿ah no? Acrecentando de manera dramática los procedimientos detrás de la operación de extracción donde hubo gran libertad para tergiversar lo que en realidad fue sencillo y sin contratiempos. No hago spoilers, por lo tanto dejo esto culto para quienes ya la vieron: el escape de los seis diplomáticos en realidad ocurrió sin detenciones, interrogatorios y la dramática persecución en la pista del aeropuerto. Salieron como cualquier turista. Puesto que las verdaderas maniobras incluye méritos hacia protagonistas omitidos que de una forma habría restado crédito a la imagen heroica-patriótica que el film quiere hacer ver de la Agencia Central de Inteligencia. Es la razón por la cual el film fue vetado en Iran (Duh!) y recibido como un insulto hacia las diplomacias canadienses y británicas que más intervención tuvo en el resguardo de “los seis” diplomáticos americanos.

Sin embargo la CIA sí tuvo crédito detrás de la operación encubierto “Argo” –desde su planificación hasta ejecución– incluyendo el plan descabellado de Tony Mendez que buscaba extraer a los seis diplomáticos como personal canadiense de una productora de películas en un viaje buscando localidades donde filmar. Sólo que no hicieron énfasis en que la operación consistió en usar los servicios y técnicas de un reconocido efectista de maquillaje de Hollywood para alterar la apariencia de los escondidos y salir del país de incógnito. Aquí se pasa por alto este hecho importante para dar a creer que el gobierno iraní los buscaba por su semblante original y crear la tensión necesaria para el clímax del tercer acto. Funciona perfecto en la construcción del drama y la tensión acumulada que el film persigue con propósitos de entretenimiento, pero (si leen el texto oculto) no fue como sucedieron los hechos. Aparte que añaden personajes ficticios, como el de Alan Arkin (Little Miss Sunshine, Gattaca, Edward Scissorhands), en un rol compuesto para no revelar la identidad los ejecutivos de Hollywood que ayudaron a confeccionar la falsa película que se utilizó como cortina de la operación clandestina.

Sólo entiendan que Argo es una excelente película, que para mí lo es desde el punto de vista directoral, técnico y dramático, y no la connotación pro-Yankee que se le quiere adjudicar a costa de continuar entintando la imagen de la cultura del Medio Oriente como radicales salvajes y extremistas fundamentalistas. Tampoco que ellos son santos de mi devoción. La película fracasó en colocar pensamientos en mi mente y lo señalo para que no haga lo mismo con ustedes o volvemos al fenómeno de Saving Private Ryan de 1998. A pesar de todo, Argo tiene buen ritmo, si bien comienza algo lenta, está soberbiamente actuada, excluyendo de nuevo a Affleck que insiste en tomar el rol central de sus cintas careciendo del dominio apropiado que recae en el reparto, y por supuesto, está técnicamente bien producida con todo y sus anacronismos.

De los anacronismos históricos, que una vez más no escapan de mi ojo clínico, abundan en esas áreas donde soy más sensible, armas, electrónicos, carros, geografía y música. Recordando una frase que creo haber dicho en la crítica de Zodiac, Carlos o No Country for Old Men, otros films de períodos setentosos, no recuerdo exactamente cuál fue ni cómo iba, pero rezaba algo más o menos así, “no basta con dejarse patillas largas, montarlos en Dodge Dart pulidos y cubrirlos de poliéster para lograr credibilidad retro", si al fondo se ve un anuncio de Frito-Lay o un desubicado objeto moderno, me pierden. De cualquier forma los anacronismos históricos son sutiles y pasan desapercibidos a la mayoría.

La actuación en general es excelente pero recae sobre el reparto de ultra lujo más que sobre el rol líder a cargo de Affleck, repitiendo lo ocurrido en su previo film The Town. Alan Arkin, Victor Garber, John Goodman y Bryan “Walter White” Cranston dominan todas las escenas con diferentes tonos de humor y drama efervescente que compensa la timidez y falta de locuacidad de Affleck como el protagonista ancla y el macho alpha del elenco. Su timidez es ineludible. Otra figura que tenía tiempo sin ver, Tate Donovan (Good Night & Good Luck) luce pasivo y desorientado pero apropiado para la situación que le toco representar a cargo del líder de los seis diplomáticos en fuga.

Argo es buena, entretenida, cargada de música –con énfasis en rock que contiene a Led Zeppelin, Dire Straits y Van Halen– dibuja una particular perspectiva de los hechos del rescate diplomático y respeta la fidelidad superficial de las imágenes y personalidades que hicieron vida pública durante la crisis de la revolución iraní, como Carter, Khoemeini y demás figuras anónimas que fueron retratados en los medios de entonces. Todo por el bien del show business, la taquilla y el patriotismo.

Muy recomendable como la cartelera rural para este mes.

Film: McKay (★★★★☆)

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Bartholomeus

[*] El escape y misterio de “D. B. Cooper” no tiene igual, un Tipo (Serio) que en 1971 secuestró un avión vacío de una aerolínea comercial –con el copiloto y el piloto– y luego exigió 200 mil dólares en una maleta y un paracaídas. Los obligó a despegar, volando a baja altura, con reducida velocidad para mantener la cabina despresurizada. Para finalmente saltar desde la escotilla trasera al vacío de la noche en medio del gigantesco bosque del estado de Washington, desapareciendo sin rastro para siempre. Se rastreó el bosque por años y sólo se encontró el paracaídas con algunos billetes río abajo.

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